Aprendices en la mina neolítica de Casa Montero
Estudiar la presencia de aprendices de talladores en las minas neolíticas de sílex es uno de los objetivos del Proyecto APPREND. La mina de Casa Montero es una de las que se incluyen en la investigación.
¿Por qué las minas?
Aprender a tallar necesita mucho tiempo y mucha práctica y, por lo tanto, mucho gasto en piedra, en concreto sílex. Los afloramientos de sílex tienen abundancia de materia prima, lo que permite que los aprendices puedan practicar. Además, una de las cosas que un tallador debe aprender es a localizar dónde están las rocas que necesita, cómo extraerlas y a diferenciar las de mejor calidad. Por todas estas razones, las minas son lugares muy propicios para encontrar restos de talla de personas que aprenden.
Uno de los aspectos más interesantes de la mina de Casa Montero es la de haber podido demostrar que algunas personas estaban aprendiendo a tallar el sílex.
Casa Montero: una mina neolítica en Madrid
Hablar de Casa Montero significa hablar de la segunda mina de sílex más antigua de Europa conocida hasta la fecha, explotada entre los años 5350-5220 cal AC, en el Neolítico antiguo. Este yacimiento se descubrió en el año 2003 durante los trabajos arqueológicos previos a la construcción de la autovía de circunvalación de Madrid M-50. Los primeros trabajos arqueológicos permitieron documentar un gran volumen de industria lítica en superficie junto con una alta densidad de estructuras subterráneas (pozos mineros), siendo la antesala del descubrimiento de uno de los yacimientos prehistóricos más excepcionales de la Península Ibérica. La investigación del yacimiento se llevó a cabo gracias al Proyecto Casa Montero en el Instituto de Historia del CSIC.
Dentro del actual distrito de Vicálvaro, la mina de sílex de Casa Montero se localiza en un punto geográfico estratégico, sobre las elevaciones naturales del terreno de la margen derecha del Jarama, próximo a su confluencia con el río Henares. La singularidad e importancia de esta mina, con más de 7.000 años de historia, se materializa en sus más de 3.500 pozos de extracción de sílex, ocupando una extensión total de 4 hectáreas donde además se han hallado otros restos arqueológicos referentes al Paleolítico, la Edad del Bronce y épocas moderna y contemporánea.
Desde el Proyecto APPREND, nos centramos en los niveles arqueológicos neolíticos de la explotación intensiva del sílex. Las primeras fechas relativas fueron aportadas por los tipos y decoraciones de los recipientes cerámicos recuperados durante la primeras campaña de excavación. Posteriormente, se realizaron dataciones absolutas por radiocarbono sobre muestras de madera carbonizada y fauna doméstica recuperadas del interior de las estructuras. Estos análisis revelaron que la mina estuvo en uso entre 5350 y 5220 años cal AC, es decir, apenas unos cien años en el Neolítico antiguo.
Los grupos neolíticos que acudían a Casa Montero realizaron distintas tareas, desde la extracción del sílex hasta el proceso de talla. Para cada labor se emplearon distintas herramientas, desde picos de sílex para la excavación de los pozos hasta cantos de cuarcita para la extracción del sílex. Ya en superficie, a partir de los nódulos, se obtenía el producto final: láminas de sílex para usarlas como hoces, entre otras cosas. Las piezas que no servían, los desechos del proceso de talla y la tierra extraída, se arrojaban nuevamente a los pozos, para taparlos y evitar posibles accidentes.
Los aprendices de Casa Montero
Uno de los aspectos más interesantes de Casa Montero es la de haber podido demostrar que además de excavar los pozos, extraer el sílex y producir láminas, algunas personas estaban aprendiendo a tallar el sílex en la mina, algo favorecido por la abundancia de materia prima y por la posibilidad de encuentro entre talladores expertos con potenciales alumnos. Este hecho se ha podido documentar a través de los desechos de talla, donde se han podido identificar piezas con tres niveles de destreza en la producción laminar: experto, aprendiz avanzado y aprendiz inicial (Castañeda 2018).

Según la hipótesis del proyecto APPREND la iniciación en el aprendizaje de talla comenzaría a una edad muy temprana, en torno a los 8-12 años, aunque antes de ello se habría pasado por una etapa de aprendizaje denominada impregnación, ya que cada individuo habría visto tallar a los adultos de su grupo desde siempre.
En el proyecto APPREND profundizaremos en la identificación de los restos arqueológicos procedentes de los procesos de aprendizaje y en la forma de adquisición del conocimiento técnico.
Los últimos estudios acometidos en Casa Montero nos han permitido constatar que la minería se desarrolló dentro de un fenómeno generacional, donde la organización de diversas acciones colectivas cimentó la base para establecer nuevos vínculos sociales más allá de cada grupo individual. Así, estas nuevas perspectivas nos han permitido ir más allá del mero estudio formal y técnico de la industria lítica para abordar la tecnología como un factor social.